En el PSG hay cierta dependencia su máximo goleador y esperan que junto a Lionel Messi puedan remontar, para seguir con vida en la Champions League.
El París Saint-Germain se encomienda a Kylian Mbappé, convertido en el último asidero de un equipo plagado de estrellas que llega a su cita europea lleno de urgencias y con la obligación de remontar el resultado adverso que sufrió en el Parque de los Príncipes ante un Bayern Múnich que no se fia de la ventaja con la que encara esta vuelta pese a disponer del factor campo en el Allianz Arena.
En la ida el cuadro parisino estuvo a merced de los bávaros durante una hora larga, el tiempo que pasó en el banquillo el delantero francés, que se recuperaba de una lesión y que, una vez en el campo, le cambió la cara al duelo, estuvo a punto de equilibrarlo y llenó de esperanzas a los parisinos sobre su continuidad continental.
La dependencia de Mbappé ha ido en aumento y la baja del brasileño Neymar para lo que resta de temporada, confirmada este lunes por el club, no hace más que acrecentarla, porque al atacante, que acaba de convertirse en el máximo goleador de la historia del club ni el astro argentino Leo Messi parece irle a la zaga.
El jugador es ahora todo en un equipo que, sin él en el terreno de juego, sufre un evidente bajón de resultados. Al término del duelo de ida en París, aseguró que, con toda la plantilla en condiciones, la remontada era posible. La baja de Neymar resta enteros a su plan, pero el peligro Mbappé tiene suficiente entidad como para crear dudas en el rival.
Gracias al tirón de su estrella francesa, el equipo parece haber superado el bache de juego y resultados que atravesó tras el Mundial de Qatar, pero una eliminación en Europa puede despertar muchos fantasmas del pasado que solo las victorias acallan.
En el efectivo estará el lateral marroquí Achraf Hakimi, que no ha jugado por lesión desde la ida contra el Bayern y que desde hace una semana se encuentra inculpado de violación, una acusación que niega de forma férrea, pero que puede influir en su estado de ánimo.
El técnico francés, Christophe Galtier, cuenta con la baja del defensa Presnel Kimpembe, que también se perderá lo que resta de temporada, pero podrá contar, aunque físicamente disminuido, con el capitán Marquinhos, que a todas luces forzará su retorno al equipo dada la importancia del duelo.
El Bayern llega al encuentro en una fase en la que en la Bundesliga libra un duelo a distancia por el liderato con el Borussia Dortmund que hace que haya una tensión permanente en el equipo.
Esta circunstancia tiene un aspecto positivo y es que el Bayern está en pleno ritmo de competición y no puede permitirse ver ningún partido como trámite. Sin embargo también hay una vertiente problemática, ya que el entrenador Julian Nagelsmann ve reducidas sus posibilidades de hacer rotaciones para reservar jugadores la Liga de Campeones.
Por ello, todo apunta a que el equipo que saldrá este miércoles al campo sea el mismo que empezó el sábado contra el Stuttgart en un partido en que los bávaros se impusieron por 1-2. Cuando Nagelsmann hizo cambios el Bayern perdió fuelle. Los que entraron no hicieron méritos para reclamar una posición en el once inicial.
La única duda que tiene el técnico del campeón germano se centra en el lateral derecho. Contra el Stuttgart Nagelsmann optó por Josip Stasinic y dejó en el banquillo a Joao Cancelo y a Benjamin Pavard que, en todo caso, es baja por sanción ante el PSG.
Esa decisión tiene cierta lógica en el esquema de Nagelsmann, que contempla una defensa flexible que, con la posesión de pelota, se transforma en una línea de tres con uno de los dos laterales en plan claramente ofensivo.
Eso lleva a que Cancelo y Alphonso Davies rara vez jueguen juntos puesto que ambos pueden ser ese lateral ofensivo pero ninguno puede convertirse en un tercer central.
En la ida ante el PSG Nagelsmann apostó por Cancelo. En los últimos partidos, sin embargo, optó por Davies, que parece haber superado un bajón por el que atravesó.
El doble pivote por delante de la defensa, con Joshua Kimmich y Leon Goretzka, es prácticamente inamovible y lo mismo puede decirse de Jamal Musiala, Thomas Müller -cada vez que Nagelsmann ha intentado jugar sin él el Bayern se deja puntos- y Kingsley Coman, que está en un estado de forma exuberante.
Adelante, en punta, no parece haber tampoco razones para prescindir de Eric-Maxim Choupo Moting, exatacante del cuadro parisino. El senegalés Sadio Mané está de vuelta de su lesión pero todavía no está al 100 por 100.
El Bayern es consciente de que la ventaja con la que encara este compromiso de vuelta es mínima y con el recuerdo de lo que sufrió en la parte final del partido cuando Kyllian Mbappé ingreso al campo y transformó positivamente al PSG.