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Contra qué obstáculos (llámense Max Verstappen) tiene que luchar Checo Pérez si quiere ser campeón de la F1

Es muy probable que 2023 sea la única y última oportunidad que tenga el piloto mexicano Sergio Pérez para ser campeón de la F1 y, aunque sus probabilidades son pequeñas, existen, sólo que debe sortear muchos obstáculos.

Decimos que la temporada 2023 de la Fórmula 1 es la oportunidad de Checo Pérez porque es la primera en la que es casi un hecho que equipo Red Bull tenga el auto más dominante, por mucho, en la parrilla de la Máxima Categoría, luego, es también muy probable que, y así lo han expresado los pilotos de Ferrari, Mercedes Aston Martin y el resto del paddock, el único auto capaz de vencer al RB19 del bicampeón sea el otro RB19 que está en manos del mexicano.

Estos son los obstáculos que debe vencer Checo para ser campeón de F1… y las posibles soluciones.

Max Verstappen es muy bueno

Hoy por hoy, el mejor piloto de la F1 se llama Max Verstappen y para ser campeón hay que ganarle, pero difícilmente se puede hacer en su mismo 'juego'.

El neerlandés es prácticamente imbatible a una vuelta y su ritmo de carrera es demoledor. Para Checo Pérez eso significa un reto mayúsculo, porque ganarle al mejor piloto en la temporada que tiene el auto más dominante sería una hazaña aún más grande que ganar un título en otras circunstancias.

Ser coequipero de Max es el trabajo más difícil del mundo por muchas cosas, pero sobre todo porque es tu referencia con la misma "herramienta", el monoplaza.

Posible solución de Checo: Como por velocidad pura y natural va a ser muy complicado vencerlo siempre, aunque a veces se pueda, el antídoto de Pérez debe tener los ingredientes de la constancia, pero la constancia al más alto nivel.

En cada sesión, Checo Pérez debe estar a menos de dos décimas de Verstappen y no permitir que haya otro auto entre ellos.

En la arrancada de cada Gran Premio, Checo debe mejorar para poder pelear la punta en la primera curva.

Eventualmente debe superar a Verstappen en algunas carreras durante la largada sin poner en riesgo los autos de Red Bull y sin ocasionar costosísimos e imperdonables abandonos que pudieran decantar a la dirigencia del equipo a señalar pilotos 1 y 2 y roles específicos, más allá de los que dicten las actuaciones de los pilotos en la pista.

El ritmo de carrera debe ser mejor que el de Max o al menos similar, importante tanto para conservar su posición adelante, como pasó en Arabia Saudita, como para poder acercarse a Verstappen y capitalizar algún error en pits, pista o falla de cualquier tipo.

No se puede dar el lujo de abandonar ninguna carrera. Más aún siempre debe subir a alguno de los dos escalones del podio. Ser tercero ya es una sangría de puntos que Checo Pérez no se puede permitir.

Max Verstappen es muy egoísta

Jugar en equipo no es una característica de Max Verstappen. Para él, Red Bull es la escudería que le provee los elementos para ser campeón y de hecho, con sus actitudes y mensajes verbales, exige que nunca fallen

Prácticamente, los ve como un ente a su servicio y casi, casi tienen la suerte de que corra con ellos.

En el caso de Checo Pérez, no tuvo empacho en recibir su apoyo para la carrera clave de Abu Dhabi en 2021, donde el tapatío detuvo Lewis Hamilton, pero se negó a ayudarlo para ser subcampeón en 2022.

Por ese lado es difícil que el equipo le reproche algo a Verstappen. A él le pagan por ser campeón y él lo hace, no tiene que regalar nada ni lo hará nunca. Es despiadado, egoísta y sin remordimientos como la mayoría de los campeones de la Fórmula 1 en la historia. El tema con Max es que quizá su estilo carece de la clase de otros monarcas del Gran Circo.

Posible solución de Checo: El mexicano Pérez debe anticipar los movimientos de Verstappen, sus reacciones y pulsaciones. Si sabe que Max no le dejará el punto de vuelta rápida, ir por él hasta el último intento.

Si sabe que Max no respetará su posición en una largada, ponerse donde sea casi suicida para el holandés intentar un rebase.

Pensar como él y contrarrestarlo sin provocar una confrontación directa. Dificilísimo, pero no hay otro camino, pero al mismo tiempo muy predecible saber que de Verstappen no debe esperar nada y, al contrario debe tratar de tomar todo lo que pueda.

Max Verstappen es la apuesta de Red Bull

Max Verstappen está firmado con Red Bull hasta 2028 y tiene un sueldo de alrededor de 35 millones de dólares anuales, además es bicampeón de la F1 con solamente 25 años de edad.

La apuesta de Red Bull es clara: Checo Pérez es un piloto de 33 años que gana alrededor de 8 millones al año.

Uno ha ganado 36 carreras de F1 y el otro 5.

Con esos simples datos podemos ver que es muy complicado que Red Bull tome una decisión deportiva que afecte a Verstappen, a menos de que Max se ponga a sí mismo en una situación de desventaja en la temporada.

En el papel, Red Bull dice que dejará que las posiciones de carrera las decida quién sea mejor, pero si en algún momento se diera esa improbable paridad entre Checo y Max, es casi un hecho que Christian Horner optaría por favorecer al neerlandés.

Posible solución de Checo: Aquí no hay de otra sopa, Checo Pérez tiene que ser tan bueno como Max, pero además cometer menos errores, aprovechar los del compañero de equipo y nunca despegarse en el campeonato. ¡Nada más!

Así, si en la carrera 23 llega con posibilidades matemáticas, todo puede pasar… pero aún faltan 21 Grandes Premios para eso.

Max Verstappen no obedece las órdenes que no le convienen

Como ya dijimos, Max Verstappen no corre para Red Bull, Max Verstappen corre para Max Verstappen Racing. Cualquier orden que venga de los fosos que no esté a la altura de lo que necesita su ego será ignorada.

Max está seguro que nadie lo puede correr de Red Bull, lo necesitan y nadie hará algo que pueda provocar que se vaya, es más, que puede tomar de las indicaciones lo que le convenga y no acatar lo que no le guste, sin consecuencias.

Ejemplos hay desde el Gran Premio de Brasil de 2022 y recientemente el Yeddah 2023.

Posible solución de Checo: Correr con inteligencia. También cuestionar las órdenes que lo pongan en desventaja y dejar que el carácter de Verstappen lo haga tomar decisiones que no le convengan, como desgastar inútilmente su unidad de potencia en una carrera ya controlada sólo para quedarse con un punto o buscar ganar cuando ya no es posible. Eso le acarrearía penalizaciones por cambios de motor prematuros, que se traducirían en chances para Pérez de puntuar mejor que él.

Correr con cabeza fría y manos calientes.

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