La franquicia de Florida ha perdido efectivos importantes y tras ver frustrado el fichaje de Lillard, parece haber dado un gran paso atrás.
Miami Heat no ha sido capaz de conseguir su objetivo prioritario en este mercado NBA, viendo además cómo jugadores importantes de la pasada campaña, abandonaban la franquicia. Hay preocupación en el seno de los de Florida por ver cómo reconducen el rumbo.
Fin del culebrón y comienzan a saltar las alarmas. Miami Heat ve cómo no solo ha sido capaz de fichar a su gran anhelo, Damian Lillard, sino que además muchos jugadores de su plantilla han quedado señalados públicamente al saberse que fueron declarados transferibles, con el consiguiente enfado y resquemor que puede generar en ellos.
Las salidas de Struss y Vincent, dos jugadores que fueron vitales en la dinámica competitiva del pasado año, solo podían ser compensadas con la llegada de una gran estrella como Lillard. Su fichaje por Milwaukee Bucks, rival directo en el Este, ha generado una herida muy profunda en la organización, que intentará rearmarse velozmente para seguir siendo un candidato al anillo, consideración que, en estos momentos, no parece que se le pueda atribuir.
– ¿Miami Heat tiene motivos para la esperanza?
Tal y como están las cosas, Pat Riley y su equipo tendrán que lanzarse desesperadamente a por el fichaje de alguno de los tres jugadores más atractivos que permanece en el mercado NBA. El primero de ellos podría ser James Harden, aunque hay serias dudas de cómo puede casar la Barba con Butler y Adebayo. Opciones más consevadoras serían Pascal Siakam, aunque sus similitudes con Jimmy y Bam generar escepticismo, y Jrue Holiday, que se erige en lo más lógico y factible.
